La agrovoltaica permite el doble uso del suelo para la agricultura y la energía, lo que ayuda a aumentar en más de 30% el valor económico de las explotaciones agrícolas y contribuye a crear nuevos empleos en zonas rurales de España. Es importante destacar que los paneles fotovoltaicos también protegen a los cultivos de fenómenos climatológicos extremos como las altas temperaturas, el granizo o las lluvias fuertes. Además, según estudios realizados por La Universidad de Almería, con tan solo colocar fotovoltaica sobre las cubiertas de las más de 41.000 hectáreas que ocupan los invernaderos en el sudeste de España, se podría producir hasta un tercio de la energía que se consume en el territorio nacional.
El sector fotovoltaico se encuentra en pleno crecimiento. En España ya hay instalados 14,7 gigavatios (GW) fotovoltaicos, y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) prevé que se alcancen los 39 GW en 2030. El crecimiento acelerado de la fotovoltaica es esencial para llegar a los objetivos de emisiones netas cero a 2050. Sin embargo, organizaciones agrícolas y ecologistas advierten de la necesidad de armonizar el proceso de desarrollo fotovoltaico con la agricultura para evitar el alza desmesurada en los alquileres de los terrenos agrícolas, fomentar la soberanía alimentario y proteger la biodiversidad.
En este workshop analizamos en profundidad el nuevo modelo de negocio que propone la agrovoltaica, estudiando el marco normativo de España para el fomento de estos proyectos innovadores y las experiencias del extranjero. La agenda también incluirá una sección de presentaciones con proyectos reales, para entender cómo se pueden integrar estos sistemas de generación con el desarrollo de actividades agrícolas y ganadera.